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El vidrio antibalas, como se conoce comúnmente, pese a que su nombre técnico es “vidrio laminado de seguridad”, se trata de un compuesto de láminas delgadas de vidrio pegadas entre sí con poliuretano o, dicho de otra manera, con gomaeva.

Su fin es garantizar la seguridad, ya que está fabricado para resistir el impacto de las balas. En función de su grosor y composición, pueden resistir un número determinado de balas y hasta cierto calibre.

Suelen fabricarse empleando tres capas: dos de cristal grueso y duro y, entre medias de ellas, una capa de plástico o de resina fundida, consiguiendo un grosor que comúnmente va desde los tres a los cuatro centímetros de grosor.

Entre sus usos más comunes, se destinan a proteger las joyerías, los bancos o los vehículos de seguridad.

Pero vamos a ahondar un poquito más en las características del vidrio antibalas…

¿Cómo es su composición?

Como explicábamos, suele estar compuesto de dos capas de cristal grueso y una de plástico entre medias, pero es común intercambiar capas de plástico y cristal. De esta manera, se intercala dureza y flexibilidad, quedando las balas retenidas en la capa de plástico. Esto último, permite que, pese a que el cristal se dañe, no se rompa y la bala no lo logre atravesar.

Todas estas capas se unen empleando una gran presión, quedando una única pieza resistente.

Algunas ventajas de instalar vidrio antibalas

-Seguridad: Las características del vidrio antibalas lo hacen idóneo para lugares donde se precisa de la máxima seguridad.

-Estética: El vidrio antibalas puede polarizarse, permitiendo eliminar el uso de persianas y cortinas. Además, puede adquirir diferentes colores.

-Ahorro de energía: Con este vidrio no tendrás que instalar persianas, y además, puedes iluminar espacios con la luz natural mucho más fácilmente.

Si estás interesado en recibir más información, contacta con nosotros y estaremos encantados de ayudarte.