Los cristales con gas argón se han convertido en una opción para mejorar la eficiencia energética de las ventanas. El gas argón se puede añadir a cristales de una o dos cámaras para reducir considerablemente la pérdida de energía, lo que mejora el aislamiento térmico, si se utilizan vidrios laminados mejora además el aislamiento acústico.
El argón es el tercer gas presente en la atmósfera terrestre, es inerte, no tóxico, incoloro e inodoro. Este gas noble tiene un alto potencial aislante, ya que es incapaz de expandirse, cuando las altas temperaturas expandan los distintos materiales que conforman la ventana, el argón no lo hará, lo que mejorará el aislamiento térmico de la ventana.
El gas argón tiene una densidad mayor que la del aire, por lo que al rellenar las cámaras de cristal, reflejan mejor el calor, lo que ayuda a que la temperatura interior de la estancia sea más estable, algo similar ocurre con el aislamiento acústico, debido a que se produce un rebote de las ondas sonoras.
Aislamiento térmico adecuado todo el año usando cristales con gas argón
Además, este tipo de cristales proporcionan un aislamiento térmico adecuado en cualquier época del año, independientemente de que la temperatura del exterior sea alta o baja. Para un adecuado aislamiento al utilizar cristales con gas argón, se debe considerar que:
- Si la ventana es fabricada con vidrios estándar, inyectar gas argón en las cámaras no mejorará el aislamiento térmico, por lo que se recomienda utilizarlo en vidrios con tratamiento de control solar, bajo emisivo, entre otros.
- Los cristales con gas argón, deben contar con al menos un 80% de gas, ya que con menos de este porcentaje no ofrecen un aislamiento térmico perceptible.
- Si se desea mejorar el aislamiento acústico se debe incluir en la ventana vidrios laminados.
Es importante saber que los cristales con gas argón tienen una pérdida natural del gas que se origina por el paso del tiempo, es una pérdida mínima de aproximadamente 10% en un periodo de 10 años. El aislamiento térmico de los cristales con argón se reduce progresivamente, aunque de forma muy lenta, por lo que la vida útil de una ventana en condiciones normales es de 40 o 50 años.
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